Es tiempo de volver pronto a casa, y de pensarlo dos veces antes de salir.
Pero hasta de esto estamos lejos. Sabemos poco más de lo que oímos, vemos, o hemos sentido durante alguna experiencia fugaz. El invierno hasta aquí no llega, como tantas otras cosas...
De todos modos, algo sí que se puede notar. Pasada la media tarde comienzan ya a quedar vacías las calles, quizá como presagio de lo que pronto sucederá con las billeteras de la mayoría de nosotros (cada vez es mas elevado el caché de Mr. Espíritu navideño; suerte que siempre queda endeudarnos hasta más no poder, o fundir tarjetas de crédito a ritmo frenético ).
También comienzan a parecerme oscuras esas mismas calles, a pesar de los adornos luminosos que las abarrotan.
El silencio se hace cada vez más fuerte, casi insultante. Los niños ya no juegan en los parques, lo han cambiado por correr y dar gritos en casa... (impidiendo cualquier intento de estudiar Derecho Constitucional)
Aparecen los primeros charcos en las aceras...los mismos que hace una década era divertido esquivar, y en los que ahora creo ahogarme en más de una ocasión.
Golpean mi cara las finas gotas de la mañana, conocedoras de este creciente Insomnio, conscientes de que las necesito para comenzar a aguantar el nuevo día.
La gris facultad de Derecho resulta aún más gris...el frío que desprende llega cada vez más adentro.
Y comienzan a hacerse cada vez más necesarios aquellos abrazos, la pasión, las ganas que poníamos a todo...y no miento si confieso que para esquivar al frío lo mejor será correr hasta volver a encontrarte.
"La envidia rige el corazón: el poderoso engorda en su sillón, y yo sudando solo en el colchón. Me arrancaste una ilusión..."
1 comentario:
gracias :)
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