Hoy...

Mi canción

"Qué rojos son tus labios,
qué negras tus mentiras,
me estoy volviendo loco
no encuentro la salida.

Me engaña y me lo creo,
me invento pesadillas,
y como de costumbre
me tiro a la bebida.

Los sueños de verano
quedaron en la esquina,
ahora todo es extraño
me duelen tus caricias.

Me dan miedo las noches,
me asustan las mañanas,
ya no entro en nuestro cuarto,
que está lleno de nada.

Te insulto y te desprecio,
la risa acaba en llanto,
si crees que no te quiero
dime por qué te canto.

Y muérdeme las venas,
verás como no sangro,
mi corazón es de piedra
desde que te has marchado.

Porque yo sin ti no puedo respirar
Y cuando estoy contigo siempre acabo mal.

Porque yo sin ti no puedo respirar
Y cuando estoy contigo siempre acabo mal.

Porque yo sin ti..."

Ya nada es lo que era...

Desagradable sensación la de sangrar al andar descalzo. Desagradable sensación de frío. Desagradable oscuridad, silencio. Más desagradable si fuera realidad. Mucho más desagradable saber lo próxima que está esa realidad.

Hay que ver la que está y lo que está cayendo. Hay días que tengo la sensación de que en cualquier momento puede abrirse el suelo ante mis pies, que vendrán esos famosos 7 jinetes, y que recibiremos ese juicio final (vaya, me pilla en plena guerra fría con el de arriba!).

Terminada la exageración, ¿soy el único que cree que ahora mismo ya nada es seguro? Es que hasta cierto punto es interesante despertar cada día sólo por ver desde dónde nos darán hoy.

"Cada civilización sufre los demonios que fabricó". Frases como ésta hacen que la visita a la Biblioteca Central de la ULPGC comience a ser imprescindible.

Parece que con la caída del capitalismo el mundo ha entrado de lleno en eso que llaman Postmodernidad, etapa en la que hasta yo mismo he caído tras ver rotos muchos de esos ideales sobre los que asentaba mi proyecto de vida.

Ahora que la sinceridad es un bien de lujo, que el pedir disculpas está en peligro de extinción, que es inmoral mirar a los ojos...que está moda hacer demagogia desde un blog.

Tratando de romper el maldito telón de acero!

"Si no te vuelvo a ver, no quiero despertar;
la realidad no me abandona.
Busco un mundo mejor
y escarbo en un cajón
por si aparece entre mis cosas."

Usar y tirar

"Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines
en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira..."

Agradecimiento especial a Francisco Ortega Palomares, cuyo poema Ideario he usado como advertencia a futuras compradoras de los defectos que posee el juguete que piensan llevarse a casa. No admite cambios o devoluciones. Gracias por confiar en este juguete roto!